A Carla
Negra azabache, brillante , dura y frágil a la vez. Así eres.
Tus ojos grandes y transparentes, límpidos. A veces me veo reflejado en ellos. Tan grandes, inquisidores, profundos, que parecen uno, único y ciclópeo, ve, compone y registra toda la realidad hecha imagen.
—Me voy…
—Ya lo sé. Lo sabía desde el día que te conocí. Te acordás …
—La plaza.
—Sí, la plaza Monseñor D Andrea.
Apoyada en mi hombro, mejilla a mejilla, te rodeaba con mi brazo.
—Mirábamos la fuente.
—Seca …sin agua —dije con fastidio.
—No…
Imprevistamente, desde el centro, surgía una columna débil de agua, creció y se multiplicó borboteando con fuerza y altura. Ahora sí era una fuente.

—Nos estaba esperando.
—Casualidad,— murmuré.
Giramos y a la distancia enfocamos el perfil de una pareja, cara a cara, en animada charla, y de pronto…. un beso largo, interminable.
—Ja, otra escena para nosotros.
—Otra vez la casualidad.
—Negra Azabache. Carbón mágico —me dije.
—Seguí contándome…era el año 1979 —ayudé.
—Estuvimos en Estelí, un pueblo de miskitos.

—Analfabetos y miskitos.
—No fue fácil, pero era nuestra misión.
En dos años cumplimos con lo propuesto. Finalmente sabían leer y escribir..
Ancianos, adolescentes, hombres y mujeres.
Venían después de la jornada en el campo, todavía con el polvo pegado al cuerpo, sucios, brillante el sudor. Con entusiasmo.
Sí, descubrían un mundo nuevo….
Saber leer y escribir.

—Me situaba detrás de ellos y enfocaba cada mano levantada pidiendo la atención de
Rafael que dibujaba las letras en el pizarrón.
De frente el encuadre de los rostros curtidos, las bocas desdentadas y la sonrisa amplia
Después vino la reacción. Fuego, metralla, bombas, gritos, la huída hacia el interior de la selva.
Muchos quedaron tendidos para siempre.

—Bueno ahora saben leer y escribir, podrán contar su historia — dije frío y con rabiosa crueldad.
—Entonces….te vas.
—En tu país ahora también hay muchos analfabetos y debo estar ahí.
Registrar esta otra historia.
Y se fue.
Negra Azabache, otro hombro, otra mejilla, otras manos te guiarán y vivirán esta otra realidad.
